Desde el año 1987, el 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del Sida en todo el mundo para recordar a la sociedad que tenemos que seguir activos, sin desfallecer, en la respuesta frente al VIH. Es necesario que todos trabajamos para mejorar la calidad de vida de toda la población, evitar nuevas infecciones, diagnosticarlas tan pronto como sea posible para mejorar el pronóstico de la persona afectada y evitar la transmisión.

En Cataluña, el compromiso político y social ha permitido, por una parte, el desarrollo de instrumentos como el Plan de acción frente al VIH y otras ITS 2016-2020, un plan amplio, sostenible y evaluable que engloba los objetivos y actuaciones en un marco de colaboración intersectorial, como el Acuerdo Nacional para afrontar la epidemia del VIH en Cataluña, y luchar contra el estigma relacionado que insta a la creación del Pacto social contra la discriminación de las personas que viven con el VIH; y por otra parte, ha facilitado la planificación, el impulso, la coordinación y la evaluación de las actuaciones mediante el Programa de prevención, control y atención al virus de inmunodeficiencia humana, las infecciones de transmisión sexual y las hepatitis víricas.

Hay que seguir en este camino del esfuerzo conjunto de las administraciones, del tejido asociativo, de las sociedades científicas y de la sociedad en general para la prevención de la infección con todos los elementos y las herramientas disponibles en estos momentos: la educación, la sensibilización, la inclusión, el respeto a cualquier tipo de diversidad, el empoderamiento, el diagnóstico precoz, el tratamiento como prevención, la profilaxis previa a la exposición y la atención a la cronicidad.

La lucha contra el estigma y la discriminación hacia las personas con VIH es responsabilidad de una sociedad comprometida con los derechos humanos ya que empeoran la calidad de vida y la salud, producen desigualdades en el acceso a servicios sociales, jurídicos y sanitarios, al mercado laboral y a la vivienda, entre otros. El Pacto Social debe constituir las bases de la estrategia para la resolución de esta vulneración de derechos. Esta jornada es una nueva oportunidad para insistir en que los avances científicos y sociales han mejorado la calidad y la esperanza de vida de las personas con VIH pero también para recordar que cada año se producen nuevas infecciones y que desgraciadamente no se dispone de un tratamiento curativo. Como sociedad, tenemos pendientes importantes retos que debemos encarar juntos y hoy es un día inmejorable para añadirse a ellos.