El Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC) y la biotecnológica Amgen han trabajado conjuntamente, en el marco de un convenio de colaboración, para impulsar la mejora asistencial de los pacientes tras un evento cardiovascular. Fruto de este trabajo, se ha publicado el documento Estrategia consensuada de mejora de la atención sanitaria del paciente tras un evento CV. Análisis del caso: Proceso asistencial y de prescripción farmacológica del paciente con hipercolesterolemia y dislipemia mixta y de alto/muy alto riesgo CV en el sistema de salud catalán.
El trabajo indica que para disminuir los eventos cardiovasculares, es necesario involucrar la identificación temprana de los pacientes de alto riesgo, la promoción de la adherencia al tratamiento, el control de múltiples factores de riesgo, la personalización del tratamiento y la prevención secundaria. En este sentido, el documento hace énfasis en que la variabilidad en las directrices de tratamiento y en la gestión del paciente, no sólo es un desafío para el profesional de la salud, sino que también impacta en la atención que recibe este paciente, lo que acaba derivando, en última instancia, en una inequidad de resultados en salud.
El objetivo del proyecto ha sido enmarcar el proceso asistencial integrado para pacientes de alto y muy alto riesgo en Cataluña, identificar oportunidades de innovación y definir las principales estrategias de mejora del proceso. En el trabajo, que ha tenido una duración de más de un año, han participado diferentes profesionales del ámbito asistencial entre gestores, cardiólogos, endocrinólogos, médicos de urgencias, médicos de atención primaria, farmacéuticos de hospital y farmacéuticos de atención primaria.
Cinco líneas estratégicas para su implementación
En el documento publicado, se identifican cinco líneas estratégicas para su implementación: incluir a los pacientes y asociaciones en el proceso de mejora de la calidad asistencial, mejorar la coordinación en los diferentes niveles asistenciales, potenciar el desarrollo de programas de rehabilitación cardíaca y de prevención secundaria, impulsar el papel de las nuevas tecnologías, y consensuar y adaptar los procesos asistenciales para todo el territorio, proveedores y niveles asistenciales.
Además, el informe publicado destaca la importancia de realizar pruebas de cribado al inicio del proceso asistencial integrado, así como definir el objetivo terapéutico en función de la estratificación del riesgo cardiovascular del paciente, estableciendo el objetivo clínico, pero también sugiriendo un rango temporal para alcanzar estos niveles, alineado con lo establecido en las guías clínicas.