El Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC) celebró, ayer, la sesión de clausura de los ciclo de Encuentros de Salud Pública de 2025, titulada "De la información y la evidencia a las políticas de salud pública".

 participaron Josep Maria Antó, investigador sénior a ISGlobal, catedrático emérito de Medicina en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y co-presidente del Lancet Countdown a Europa; Catherine Pérez, jefe del Departamento de Promoción de la Salud de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, y Estela Núñez, técnica de la Sección de Información y Análisis en Salud Pública de la Diputación de Barcelona. Lucía Artazcoz, jefe del Departamento del Observatorio de la Salud Pública de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, moderó la sesión.

La jornada empezó con la intervención de Catherine Pérez, quien explicó el impacto de las intervenciones de vivienda y de seguridad viaria en la salud, destacando la importancia de evaluaciones rigurosas de salud pública para generar evidencias que orienten políticas más efectivas y equitativas.

"La relación entre la vivienda y la salud es cada vez más reconocida. Nuevo de cada dios personas con inseguridad residencial presentan mala salud mental. En niños, los niveles son alarmantes, con una tasa de mala salud mental 10 veces superior a la de sus iguales", explicó.

Seguidamente, Estela Núñez presentó el Sistema de Indicadores de Salud de la Diputación de Barcelona, una herramienta desarrollada en respuesta a la necesidad de los entes locales de disponer de datos objetivos y fiables sobre el estado de salud de la población y sus determinantes a fin de poder desarrollar políticas basadas en la evidencia.

En su intervención, señaló que "las políticas públicas tienen que estar basadas en la evidencia. Los datos tienen que ser objetivas, robustas y fiables. Por eso, se ha construido un sistema de indicadores en salud para ofrecer datos a escala municipal".

Finalmente, Josep Maria Antó abordó el impacto del cambio climático sobre la salud y las políticas para mitigarlo, donde habló del riesgo existencial que supone la crisis climática y de la conexión entre la salud humana y la salud planetaria.

"No solo necesitamos adaptación, sino hacer acciones de mitigación, y muchas de estas acciones tienen cobeneficios para la salud humana. Por ejemplo: cuando reduces las emisiones de CO₂, reduces la contaminación atmosférica y mejoras la calidad del aire; cuando rebajas el consumo de carne roja, reduces las emisiones y, a la vez, la mortalidad por cáncer o, cuando disminuyes el uso del transporte privado, estás reduciendo las emisiones y, también, incrementando la actividad física", va dir. Además, apuntó que "no todos somos igual de responsables en cuanto al cambio climático: mientras que el 10% más rico es responsable del 48% de las emisiones, solo sufren un 3% de las consecuencias. En cambio, el 50% más pobre produce el 12% de las emisiones y recibe el 75% de los impactos".